Análisis cromosómico
Para
realizar esta técnica es necesario sangre del paciente. Se emplea básicamente
para identificar translocaciones y otras reordenaciones cromosómicas que
pudieran afectar a la región del SA. Consiste en observar si los cromosomas de
una persona (Cariotipo) son normales. Es conveniente realizar el Cariotipo de
alta resolución, aunque este análisis es insuficiente para detectar todas las
deleciones, ya que puede dar falsos negativos o falsos positivos.
FISH (Hibridación in situ fluorescente)
Con
esta técnica se puede detectar, con bastante fiabilidad, la presencia de
deleción en 15q11-q13. Se realiza a partir de sangre del paciente. Tras cultivo
se hacen extensiones de cromosomas metafásicos. Sobre estos cromosomas se
emplean las sondas D15S10 y SNRPN que hibridan con la región crítica del SA,
además de una sonda centromérica (15 alpha satélite) como control de
hibridación. Con un microscopio de fluorescencia se valoran en la preparación
unas 50 metafases para cada una de las sondas empleadas, observando si la
deleción está presente o ausente.
Estudio de microsatélites (PCR)
Para
realizar este estudio es necesario ADN del paciente y de los padres. Esta
técnica usa marcadores de ADN (microsatélites) para seguir la herencia de los
cromosomas 15. Determina la procedencia de los cromosomas, indicando si el hijo
ha recibido un cromosoma 15 de cada progenitor (herencia biparental), o bien si
sólo ha recibido cromosomas 15 paternos (disomía Uniparental paterna). También
puede detectar si existe una deleción al no observarse marcadores maternos. Sin
embargo, a veces, puede ser difícil diferenciar entre una deleción y una
disomía Uniparental. En estos casos el diagnóstico se realiza en combinación
con la FISH, confirmando si se ha producido o no una deleción. En este estudio
se emplea la técnica de la PCR para amplificar fragmentos del genoma
(marcadores de ADN) muy variables en la población. Esta variabilidad es
parecida a las huellas dactilares, cada uno tiene una combinación de fragmentos
propios. Esto permite saber que marcadores ha recibido el hijo de una pareja,
el cual presentará una combinación de los marcadores que tienen sus padres.
Así, en una persona afectada con el SA, debido a deleción o disomía Uniparental
paterna, no se encontrarán marcadores maternos para la región 15q11-q134, solo
habrá marcadores paternos. Y en los casos de mutación de Imprinting o herencia
biparental se observarán marcadores de ambos progenitores.
Análisis de metilación
Para
realizar este estudio sólo hace falta ADN del paciente. Es la técnica más
informativa ya que identifica las principales alteraciones asociadas al SA
(deleción, disomía Uniparental o alteración del Imprinting), pero no permite
precisar de qué tipo de alteración se trata. Se basa en el patrón de metilación
que es específico según los cromosomas sean de origen paterno o materno. De
modo que si el análisis de metilación muestra el patrón paterno, se confirma el
SA. Para diferenciar entre deleción y disomía Uniparental se han de realizar
los estudios de FISH y/o microsatélites. Los análisis de metilación se están
realizando con la sonda PW71B para el locus D15S63 10 y con la sonda KB17 para
el exón –1 del gen SNRPNM 11. Para realizar este estudio se emplea la
combinación de una serie de enzimas de restricción sensibles a metilación
(actúan como si fueran tijeras) que cortan el ADN por unos lugares específicos
si no están metilados. Esto da lugar a fragmentos de distinto tamaño,
procediendo el menor del padre, al poder ser cortado, y el mayor de la madre,
que no ha sido cortado. Así un patrón de metilación normal estará determinado
por dos fragmentos de distinto tamaño, uno paterno y otro materno. En el SA
sólo estará el fragmento menor procedente del padre, es lo que se llama patrón
de metilación paterno, y es característico de los pacientes con SA.
Otras alternativas
Cuando
con las técnicas descritas no se observa una alteración genética, el
diagnóstico se realiza en base a las características clínicas. De momento no se
dispone de una técnica para analizar a estos pacientes. Se piensa en mutaciones
dentro del gen UBE3A podrían ser las responsables, posiblemente junto a otras
alteraciones desconocidas, del grupo de pacientes (20-25%) con SA no
diagnosticados molecularmente. Si se confirma esta idea se abrirán las puertas
a nuevas técnicas de diagnóstico (test de la proteína truncada, secuenciación,
análisis mutacional) no empleadas hasta el momento en el estudio de este
síndrome.
Referencias:
Álvarez, R. Síndrome de Angelman. Rev Neurol; 1999: 41-50. Disponible en: http://enebro.pntic.mec.es/~fdepedro/angelman.htm#3
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